A pesar de que Ruanda es un país reconocido internacionalmente por sus avances en temas de política pública e igualdad de género, las mujeres ruandesas tienen prohibido tocar el tambor. Sin embargo, una agrupación de mujeres se opone a ello, precisamente tocando. Una historia de resistencia y de cómo a veces el discurso oficial no se refleja en la cultura imperante.